Estos trucos de almacenamiento pueden ayudar a que tus productos se mantengan frescos durante semanas más tiempo.

Estos ingeniosos consejos de almacenamiento prolongarán la frescura de tus productos por varias semanas.

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En los Estados Unidos, más de un tercio de nuestra comida se desperdicia. Esta estadística deja claro que muchos de nosotros debemos ser más conscientes de evitar que lo que compramos termine en la basura. Almacenar correctamente los alimentos puede darte algunos días más (si no semanas) antes de que se echen a perder, permitiéndote aprovechar más tus compras de comestibles.

Lo más perecedero que compramos es la fruta y verdura fresca. Todos hemos tenido buenas intenciones de comer ese pepino que terminó desintegrándose en el fondo del cajón del refrigerador, o ese aguacate que esperamos eternamente a que madurara solo para decepcionarnos amargamente cuando lo abrimos.

Vamos a explorar lo que debes y no debes hacer para mantener la fruta y verdura fresca por más tiempo, preservando sus nutrientes y reduciendo el desperdicio de alimentos una comida a la vez:

HAZ: Crea ramos con hierbas y espárragos

Perejil, albahaca, cilantro y otras hierbas frescas durarán más tiempo si cortas sus tallos, los colocas en un vaso de agua en la puerta de la nevera y los cubres con una bolsa pequeña de plástico o reutilizable. Corta lo que necesites y deja el resto en el agua. Esto puede prolongar su vida en algunas semanas en algunos casos (psstt… también puedes secarlas antes de que se echen a perder). ¡Lo mismo ocurre con los espárragos! Simplemente recorta los extremos y colócalos en posición vertical en un vaso de agua.

También puedes mantener las cebolletas sumergidas en agua. ¡Y no deseches los extremos una vez que los hayas cortado! Volverán a brotar si los plantas en tu jardín.

HAZ: Empaqueta tus hojas verdes

Verduras de hoja verde como la col rizada, la espinaca, etc. les encanta ser almacenadas en bolsas o recipientes herméticos. Cuando traigo verduras verdes a casa del mercado, lo primero que hago es enjuagarlas con agua fría, secarlas y colocarlas en una bolsa grande que las mantenga secas.

Me gusta reutilizar la bolsa de la semana anterior como revestimiento para la basura, pero también podrías optar por una bolsa reutilizable o un recipiente hermético.

HAZ: Recorta las hojas de tus verduras de raíz

Si compras zanahorias, remolachas, nabos o rábanos en manojos con hojas verdes, córtalas antes de almacenarlas. Las hojas absorberán la humedad de las raíces y se echarán a perder rápidamente. Puedes almacenar estas hojas por separado del resto de las verduras de raíz, como harías con las verduras de hoja verde. Úsalas en salteados, ensaladas y sopas para darles un toque crujiente.

HAZ: Dale un baño a tus zanahorias y apio

Almacenar zanahorias y tallos de apio en un baño de agua ayudará a mantenerlos crujientes y firmes por más tiempo. Solo asegúrate de cambiar el agua cada pocos días.

HAZ: Refrigera los plátanos

Cuanto más cálido sea el ambiente, más rápido madurarán tus plátanos. Una vez maduros, refrigera tus plátanos, teniendo cuidado de mantenerlos alejados de otros productos. Mejor aún, pélalos y colócalos en recipientes en el congelador para usar en batidos.

HAZ: Mantén las manzanas en frío

Las manzanas se echarán a perder rápidamente si se dejan fuera, pero pueden durar semanas en un recipiente hermético en el refrigerador. El recipiente mantendrá los gases de etileno de la fruta alejados de otros productos y ayudará a mantenerlas crujientes por más tiempo.

NO HAGAS: Colocar ciertos alimentos cerca uno del otro

Algunos alimentos producen una cantidad significativa de gas etileno, por lo que es mejor mantenerlos alejados de otros productos. Estos incluyen plátanos (como se mencionó anteriormente), kiwi, manzanas, tomates, melón, aguacate, peras, papas y pimientos. Intenta almacenarlos en su propia área cuando puedas. Y nunca los guardes en bolsas selladas; acelerarán su maduración y se estropearán más rápido.

La conclusión

Con un poco de amor y preparación, puedes obtener mucho más de los productos que compras. Cuando todo lo demás falle y tus productos comiencen a deteriorarse, ¡utiliza tu congelador! La mayoría de las frutas y verduras se congelan muy bien, simplemente córtalas y ponlas en un recipiente hermético o bolsa de congelador y emocionate por disfrutarlas en una sopa, estofado o horneado más adelante. Cada desperdicio de alimentos que se ahorra cuenta.


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